El acial
En
la sección de agricultura, planta del lucernario, en una de sus vitrinas se
puede ver un apero de labranza como el acial, que bien podría pasar por un
instrumento de tortura para las bestias (y en cierta forma lo es). No en vano,
un refrán lo cataloga así: “el acial,
descanso del hombre y tormento del animal”.
Es este un sencillo artilugio compuesto por dos palos de madera y una cuerda que sirve para oprimir el hocico, un labio o una oreja del animal mientras se procede a herrarlo, esquilarlo o curarle una herida. Contundente y al parecer eficaz método de mantener inmovilizada a la bestia.
Como en el caso de otros muchos aperos de labranza, el refranero popular tiene algunos reservados para éste. Por ejemplo: “Más vale acial que fuerza de oficial” que viene a decir que es conveniente usar los instrumentos adecuados antes que recurrir al uso de la fuerza física. Otro refrán más conocido tiene parecido significado: “Más vale maña que fuerza”. El refrán está recogido en el volumen de José M. Sbarbi titulado “Florilegio o ramillete alfabético de refranes y modismos comparativos y ponderativos de la lengua castellana”, publicado en 1873.
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